Cada vez más entidades y personas buscan herramientas financieras
alternativas para ahorrar, pedir préstamos o donar, desde los
micromecenazgos a una banca ética participada universal. El ecosistema
de las finanzas éticas y alternativas avanza, muta y se contagia de la
lógica de la red, canalizando el hartazgo social de forma creativa y
responsable.
La crisis de legitimidad de la banca convencional, con el agujero
financiero de Bankia y el rescate por goteo, nos instala en un escenario
donde las finanzas éticas y solidarias, desde las cooperativas de
crédito, pasando por los micromecenazgos por internet, los grupos de
ahorro y préstamo local, y la banca ética y solidaria tienen una baza
que jugar muy importante.
Canalizar el hartazgo social con la
banca tradicional de forma creativa y responsable no es fácil. La
rapidez con la que ha funcionado la acción ciudadana de
microfinanciación colectiva a través de la red para costear una querella
contra Rodrigo Rato, que ha pulverizando los tiempos y pronósticos de
recaudación de donaciones, nos habla de que nuevas formas de
financiación se están articulando y que éstas funcionan. Aunque las
velocidades de la red no siempre sean trasladables a todos los procesos
de construcción de finanzas alternativas desde abajo.
“Necesitamos
crear un sistema financiero nuevo integralmente. El enemigo no es el
banco, sino nuestra supina ignorancia de cómo funcionan las finanzas.
Si más gente se hubiese puesto las pilas con lo que suponen las
finanzas, no viviríamos tan engañados. Hasta que no ha llegado la crisis
y después el 15M, la ciudadanía en general no ha entendido lo
importante que era haber llegado a este punto con una banca
cooperativa”, observa Nuria del Río, del consejo asesor de la cooperativa financiera Coop57.Y
precisa: “Bancos cooperativos ya hay en España, no están mal, han
conseguido atribuciones de la banca tradicional en cuanto a servicios.
Pero no se trataba tanto de eso como de contar con un banco de la gente y
para la gente, de crear una banca de la que formas parte, donde puedes
votar en una asamblea”.
Dentro de la economía social y solidaria nos encontramos proyectos de finanzas alternativas como Coop57 y Fiare,
que están dando pasos de gran envergadura, abriendo el camino a otros
proyectos de la economía social. Este año Fiare cierra una etapa
fundacional y plantea funcionar en el Estado español como banca
universal, esto es, ofreciendo todos los servicios habituales en ahorro
(cuentas corrientes, tarjetas de crédito, banca por internet o cajeros
automáticos) junto al resto de objetivos éticos y solidarios. “Ahora hay
que iniciar las actividades de operativa financiera completa, con un
capital social propio que está intacto y sin ningún condicionante”,
apunta orgulloso Peru Sasia, presidente de Fiare. La memoria
financiera de 2012 arroja un balance bastante positivo a pesar de la
crisis, tanto por la parte de ahorro como de la financiación. Esto
significa que Fiare, como Coop 57, es un brazo financiero en el que
cada vez más entidades de la economía solidaria (cooperativas,
fundaciones, asociaciones, sociedades de capital y redes) depositan su
confianza y sus ahorros para que otros proyectos de la economía social
sean posibles.
Al calor del 15M surgen también propuestas de
utensilios financieros alternativos que se nutren del aprendizaje de los
proyectos veteranos. Es el caso madrileño del proyecto embrionario Jak,
inspirado en la banca sin intereses de Suecia. “Creemos que igual que
nos juntamos para comprar fruta o verdura, podemos juntarnos con nuestro
ahorro y financiar proyectos en los que creemos y que redunden en la
economía local y solidaria. Queremos ir seduciendo a toda la gente que
está decepcionada con la banca tradicional. Con la que está cayendo, se
están desmontando todas las mentiras y la gente está deseando que
proyectos como éste vayan adelante”, comenta Carlos Céspedes, que además de estar en el grupo local en Madrid de Jak, participa en comisión de economía del 15M y en la de la Red de Economía Alternativa Solidaria (REAS).
Lo interesante de estos nuevos proyectos es que parten de lo que hay,
atentos a no competir, buscando la forma de complementar el espectro de
las finanzas éticas.
Bancas universales como Triodos Bank
han sabido ocupar un hueco en la banca ética en el Estado español para
un perfil de cliente difuso, que va desde las personas que ven peligrar
sus ahorros en la banca convencional hasta quienes esperan que otra
banca hecha de forma cooperativa empiece a funcionar con todos los
servicios de ahorro. “No queremos ahorradores rebotados”, precisa Sonia
Felipe, del departamento de comunicación de la entidad. Gracias a todos
estos ahorradores que buscan otro modelo bancario, el número de cuentas de ahorro en Triodos ha pasado de 131.644 en 2007 a 363.086 en 2011,
han podido triplicar el número de créditos concedidos y casi duplicar
el personal contratado. Este incremento de usuarios denota una
sensibilidad creciente hacia la banca ética en general.
¿Cómo se financian?
Las entidades financieras, aunque sean éticas, tienen que ser
sostenibles. Cómo se consigue, especialmente cuando crecen, es quizá uno
de los puntos más controvertidos. “Nuestro proyecto está construido
sobre la reciprocidad, el intercambio de saberes, la donación. Hay
muchas personas y organizaciones que ofrecen recursos y no en todos los
casos está vinculada a un retorno económico”, comenta Peru Sasia. “No
sólo hay que apoyar este tipo de bancos por lo que te renten, hay que
tener un poco de visión estratégica. No lo montas como un emprendimiento
social, sino porque es un terreno donde o estás dando la batalla o
estás siempre muerto”, reflexiona Nuria del Río.
Para ser
sostenibles se están ideando diversas estrategias que sean coherentes
con los fines. “Coop57 se está planteando pedir a los socios si quieren
renunciar a los intereses para depositarlos en una fundación y prestar
dinero a proyectos de gran impacto que tengan un mayor riesgo de
impago”, nos anuncia Fernando Sabín, cuya cooperativa de trabajo ha
solicitado un crédito a FIARE y es socia de Coop57. Otro de los
mecanismos futuros, según Sasia, podría ser la creación de productos de
ahorro donde el interés se pague en algún tipo de bien relacionado con
actividades de la economía solidaria (pagos en especie).
Desde el
ámbito de las microfinanzas emergen propuestas innovadoras desde
internet, en este último año se ha experimentado un boom de plataformas
para la cofinanciación (conocida como crowdfunding). “El dinero es una
herramienta más de muchas otras que hay que desarrollar”, nos dice por
teléfono Enric Senabre, de la red social para cofinanciar proyectos Goteo.
Para sostenerse financieramente, Senabre considera que hay que tener en
paralelo activada alguna estrategia. En el caso de Goteo, para no
depender sólo de las campañas de crowdfunding ofrecen servicios de
formación, asesoría y en breve activarán el “capital riego”, una nueva
modalidad para conseguir no sólo donaciones de personas y organizaciones
sino de instituciones públicas y privadas: “son fondos que complementan
la financiación colectiva, multiplicando el dinero de la gente. Allá
donde vaya un euro de una persona iría un euro de una institución. El
dinero se movería así siguiendo el interés de la gente y esto garantiza
un funcionamiento interesante de fondos públicos y privados, que hasta
ahora funcionaba con otros esquemas como jurados”.
El ecosistema
de las finanzas éticas y alternativas avanza, muta y se contagia. “Es
importante apoyarse mutuamente, coexistir en el espacio, sabiendo que
entre todas hay suficientes herramientas para que se financien las cosas
que hemos soñado conjuntamente”, concluye Nuria del Río.
Reas celebra su encuentro estatal
El 15 y 16 de junio tuvo lugar el encuentro estatal en Madrid de las
Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS). Buena parte de las
organizaciones de esta red, ahora implicadas en Coop57 y Fiare, vienen
de trabajar en el ámbito de la exclusión social. “Esta es la primera
gente que comprende que si no conquistas lo económico y te quedas en lo
social solamente, no haces nada”, recuerda Nuria del Río, de Coop57.
Así, justifica el nacimiento de esta Red: “Llegaba un momento que te
topabas con el autoempleo, y al acompañar al lumpen proletariado,
excluido de los útiles financieros convencionales, el techo financiero
dio pie a experimentos de finanzas éticas y alternativas más inclusivos,
donde las personas, y no la rentabilidad, estaba en el centro”.
Soraya González Guerrero (redacción)
Diagonal
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